Hoy os quiero hablar sobre la dura decisión de tener que cerrar un negocio. En mi caso ya han sido varios los negocios que he abierto y los que próximamente añadiré a la lista. Pero también he tenido que cerrar algunos, y el más duro puedo decir que fue “Alimentos lo Mejor del Puerto, SL”. Recuerdo ese día como si fuera ayer, fue en el año 2007, tres semanas antes de terminar el año. Recuerdo entrar en la empresa y comunicar directamente la desagradable noticia que ya llevaba tiempo meditando, a los socios-trabajadores “el día 31 de diciembre el negocio se cierra”. Se quedaron de piedra, me miraron fijamente sin pestañear, yo creo que para ver si hacía alguna mueca que delatase que se trataba de una broma, pero no era una broma, “el negocio permanecerá abierto hasta el último día del año”. Desde entonces los socios mantenemos una buena relación personal y recordando el fatídico día aquel, me agradecen la decisión correcta que se tomó.
Lo cierto es que hay indicadores que nos pueden ayudar a identificar cuándo debemos tomar esta decisión. El problema es que te ciegas en que no puedes cerrar ¡hay que recuperar lo invertido!. Te surgen dudas de cómo vamos a afrontar ante los demás que hemos fracasado y que nos hemos equivocado, dudas sobre cómo después de esta situación de cierre, vas a afrontar las deudas pendientes. Hay que tener sangre fría y la vida me ha enseñado que ante cualquier indicador de peligro no hay que esperar, no te debe temblar la mano ni echarte a llorar, hay que tomar decisiones por muy duras que parezcan.
En esta ocasión el primer año se podría decir que nos fue muy, muy bien. El segundo año, se empezó a notar la crisis, las ventas bajaron. Muchas veces me preguntaba si la gente no comía, ¡claro que comía! Se consumían productos más baratos.El tercer año de abrir el negocio la situación cambió aun más, ya no se disfrutaba del trabajo, se había convertido en una tortura, un aburrimiento, la gente no entra. En ese momento tuvimos que tomar la decisión de que una de las dos socias-trabajadoras dejara el trabajo; sólo daba para una. Ese mismo año, el último día, se cerró el negocio. Era el momento de pensar en nuevos proyectos, nuevas metas, era el momento de cambiar de rumbo…
Pensareis que me siento un poco nostálgico, todo volvió a mi cabeza un día cuando me acerqué a buscar un trabajo de un proveedor que me realiza trabajos de imprenta digital. Fue tal el ambiente en el que me encontré, el mismo en el que yo me había visto años atrás, que enseguida pensé en el poco tiempo de vida que le quedaba al negocio. La mitad de las luces del local estaban encendidas, dando una sensación de penumbra, falta de producto en las estanterías, una sensación de abandono, menos maquinas digitales,… Absorto en aquel paisaje, llega el dueño – ¡debéis de ser de los pocos que tenéis trabajo!- me dice, acompañando frases de desesperación. Lo curioso de todo ello, es que mientras estaba escuchándole, entra una clienta para realizar algunas fotocopias, y el único empleado que tienen enseguida la despachó con la advertencia de que allí no se realizaban fotocopias, pero que al final de la calle, a mano derecha, había una empresa que sí lo hacía. No salía de mi asombro, para el único cliente que entra y teniendo estructura para poder realizar el trabajo, la mandan a la competencia ¡increible!.
Mientras tanto, yo seguía hablando con el dueño, interesándome por la promoción que suponía estaban llevando a cabo y por la posibilidad de otra línea de actividad paralela. No salía de mi asombro cuando él me decía que no merecía la pena siquiera intentarlo. Más fue mi sorpresa al descubrir cuando me dispongo a pagar el trabajo, que el producto me lo habían subido un 25%, aún cuando siguen promocionando en el escaparate con el precio anterior. Bueno, parece bastante claro que es cuestión de días lo que puede durar este negocio.
Muy interesante. Una pregunta: cuales seran los mejores argumentos, y la forma de hablarle a los duenos de la compania para que cierren?? Esto si solamente uno es un empleado. Saludos.
Es muy difícil predecir si se debe o no cerrar el negocio sin conocer datos técnicos, historia del negocio, liquidez, actividad, situación del mercado al que se dedica, etc… sólo te puedo decir que no desestimes nunca a un empresario. Una vez, el director de un banco me dijo que en un negocio existen tres contabilidades: la que se declara en sus libros contables, la que figura en el impuesto de sociedades y la que el empresario tiene en su cabeza, y esta última sólo la sabe él. Cuando una persona ha llegado a levantar una empresa, piensa que lo podrá volver hacer.
Puede que la percepción que tú tienes sea la necesidad de cerrar el negocio, pero puede estar en tus manos ayudar para que eso no sea así, yo probaría a hablar con el dueño e intentaría que entrara en razón para que cambie el rumbo o que ponga las herramientas necesarias para seguir si es el caso, pero si de tí no depende, sólo te puedo decir que debes buscar otro quesito donde comer si ves que éste se acaba. Te recomiendo el libro ¿Quién se ha llevado mi queso?, es una fábula que nos enseña que todo cambia, y que las fórmulas que sirvieron en un momento pueden quedar obsoletas. El “queso” del relato representa cualquier cosa que queramos alcanzar – la felicidad, el trabajo, el dinero, el amor… – y el laberinto es el mundo real, con zonas desconocidas y peligrosas, callejones sin salida, oscuros recovecos… y habitaciones llenas de queso.
Lo que pretendo decirte es que, hoy más que nunca, vivimos en un mundo que se mueve a un ritmo cada vez más cambiante. No puedes parar, debes moverte y anticiparte al cambio. Cuanto más rápido te olvides del queso viejo, antes podrás disfrutar del queso nuevo.
Suerte 😉
Justo estoy en el penúltimo día de la empresa, la cuál creó mi padre hace 35 años….en fin… llegó la hora y leyéndote me das un empujón de ánimos enorme… El fallo ha sido tardar tanto en tomar la decisión…me he cegado en querar mantener algo que no iba… y esa demora lo que ha hecho ha sigo cargar más deudas. En fin… más vale tarde que nunca.
Buenas de nuevo,
Después de tu último comentario necesitaba responderte con un aire de energía. Según declaras en tu comentario, la empresa pertenecía a tu padre, y probablemente en el tiempo pasaría a tus manos en modo de herencia. Este tipo de empresas, Fernando Salinero en su libro “la casa al revés” las denomina ‘empresas abuelo’, es decir, las recibes ya creadas, con su modo de funcionar, las personas, los medios y la estructura están en marcha. Generalmente cuentan con una plantilla con muchos años de vinculación, con unos modos muy “personales”. Han dado lo mejor de sí, saben muchas cosas, pero les falta ambición y ganas para adaptarse a los nuevos tiempos, es hora de reinventarse y no todo el mundo está preparado para salir de su espacio ya acomodado en estos años. Las estadísticas son muy duras con este tipo de empresas. Nos dicen que a la primera transmisión sólo llega un tercio y la segunda transmisión solo llega 1 de cada 10.
De los errores se aprende ¡vaya si se aprende!, vivirás ahora momentos duros, de incertidumbre, pero créeme que no todo el mundo vive la experiencia que tú estás adquiriendo. Seguramente vuelvas a emprender, porque lo llevas en la sangre, el solo hecho de haber estado en la empresa de tu padre lo dice todo. En esta nueva etapa, te auguro un gran futuro, solo decirte tres claves que a mí me funcionan: el trabajo en equipo, conocimiento en el mercado donde vayas a entrar y, cómo no, capacidad de adaptación a las necesidades del momento del mercado, que hoy más que nunca cambian muy a menudo.
Suerte y un fuerte abrazo,
este año cierro mi negocio, desprenderme de el es dificil sin embargo veo que esta es la opción adecuada y esto que leí me anima a emprender más adelante otro.
saludos
Hola, me ha gustado mucho tu articulo. En mi caso estoy planteandome cerrar por falta de pasion. Llevo 10 años haciendo ecommerce, he ganado bastante pero ya no tengo la pasion que tenia al principio. Mi gran problema es el stock, tengo una gran cantidad de articulos que es lo que me impide cerrar manana. Espero encontrarle la solucion pronto.
Un saludo